martes, 10 de junio de 2008

LUCIO CABAÑAS( MAESTRO GUERRERENSE)


    




Guerrero y Lucio Cabañas

Breve biografía de Lucio Cabañas.
El Estado de Guerrero, en México, ocupa una extensión de 63794 kms² y es conocido mundialmente por alojar en su seno al puerto de Acapulco. Sin embargo, es una de las entidades más marginadas del país.

Caciquismos añejos, abusos, corrupción, crímenes, violaciones, miserias, insalubridad, una in equitativa distribución de la riqueza, atrasos, son algunos de los factores que a diario deben de combatir los campesinos de Guerrero. Ello explica el alto número de homicidios anuales, el hecho de que algunos campesinos siembren droga como un
método de salir rápidamente de la pobreza o bien, engrosar movimientos armados.

Nacido de padres campesinos en Atoyac el 15 de diciembre de 1936, Cabañas conoció la pobreza desde pequeño. Dejó de ir a la escuela a los 10 años para trabajar en el campo.

Luego trabajó en un hotel y distribuyó masa para tortillerías para financiar
sus estudios y convertirse en maestro.

"Tuvo que usar el papel con el que envolvían las tortillas porque no tenía dinero para cuadernos", dijo su hermano David, de 54 años y quien peleó al lado de Cabañas en la sierra.

Mientras daba clases en Atoyac, un grupo de maestros de la escuela primaria Juan Alvarez pidió ayuda a Cabañas, pues los padres, que eran campesinos, no podían pagar cuotas ni uniformes.

"Era sencillo, humilde pero con un extraordinario poder de convocatoria", comentó la ex profesora Hilda Flores, de 70 años. "Podías pasar tres o cuatro horas escuchándolo y no aburrirte".

Cuando los inconformes ocuparon la escuela, el gobierno local envió a la policía. Cinco padres de familia murieron en el enfrentamiento del 18 de mayo de 1967. Repentinamente Cabañas se convirtió en un prófugo.

"No fue una rebelión planeada", dijo la maestra Lupita Marín, de 50 años. "Fue obligado por las circunstancias (a tomar las armas), por la injusticia y pobreza bajo el sistema" del PRI, explicó.

El Partido Revolucionario Institucional (PRI) perdió la presidencia a manos de Vicente Fox en julio de 2000, después de 71 años en el poder, pero en Guerrero y en Atoyac se ha mantenido en el poder, que alcanzó en 1929.

Cabañas y su Partido de los Pobres luchó durante siete años contra propietarios de tierras que explotaban a los campesinos.
Hoy, los jóvenes de Atoyac saben poco sobre Cabañas. Su nombre no está en los libros de historia ni en alguna calle, en contraste con los numerosos monumentos e íconos que tienen otros rebeldes mexicanos

En Atoyac, la vida ha cambiado poco desde los días de Cabañas. Muchas aldeas
cercanas aún no cuentan con electricidad o agua potable.
Norma Mesino, de 28 años, una líder del grupo campesino OCSS, dijo que su
organización y otros grupos recaudan fondos para una estatua de Cabañas y pronosticó un homenaje multitudinario si los restos encontrados son efectivamente suyos.

Sin embargo, Wilibaldo Rojas, de 40 años, director de la escuela estatal Preparatoria 22 no está seguro de eso. "Hacen falta otros 20 años para que sea aceptado, pues afectó poderosos intereses".

Particularmente, Lucio Cabañas Barrientos y Genaro Vázquez Rojas fueron líderes de 2 grupos armados que durante la década de los 70 combatieron en la Sierra de Guerrero. Ambos estudiaron en la Escuela Rural de Ayotzinapa y actuaron en los mismos
escenarios: el sindicato de maestros, el Movimiento Revolucionario del Magisterio, el Movimiento de Liberación Nacional, en la oposición política del Estado de Guerrero hacia los gobernadores.
Caballero Aburto y Abarca Calderón para separarse finalmente de la estructura
gubernamental de la que provenían. Ambos tomarían, de manera separada, los caminos de la clandestinidad y lucha armada.

El 11 de noviembre de 1966, Genaro Vázquez es detenido por la policía de Guerrero, a las puertas de la Central Campesina Independiente, en la ciudad de México y conducido a Chilpancingo, capital de Guerrero. Tras una estancia en prisión, es liberado a balazos el 22 de abril de 1968 cuando era transportado por la policía a un consultorio de
dentista. Su grupo realizó diversos combates y secuestros, con rescate. Genaro era un hombre con una mayor preparación política e ideológica que Lucio murió a los 35 años de edad en mal estado físico la madrugada del 2 de febrero de 1972, como consecuencia del acoso en un accidente automovilístico en la carretera
México-Morelia.

Lucio Cabañas Barrientos nació en El Porvenir, municipio de Atoyac de Alvarez, el 12 de diciembre de 1938 en el seno de un hogar campesino; muere antes de cumplir los 36 años.

Estudió la carrera de maestro en la Normal de Guerrero y comenzó a realizar batallas legales, siempre dentro de una activa vida estudiantil, apasionado a la política siempre. Participó en lides estudiantiles; fue líder de la Normal, representó a sus estudiantes en diversas partes de la República.

Después fue elegido Secretario General de la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México en 1962. Luego regresó a la Normal para terminar sus estudios. La primera plaza que recibió fue en un poblado llamado Mezcaltepec, municipio de Atoyac, a 100 kilómetros de la Sierra.

Posteriormente fue cambiado a Atoyac, cabecera municipal, la escuela "Modesto Alarcón" donde se hizo líder magisterial para representar a los maestros de la zona. Era llamado frecuentemente como conciliador de problemas incluso de otras escuelas.

Precisamente en 1965, el hecho de intervenir en la solución de un conflicto de la Escuela "Juan Álvarez" originó que el entonces gobernador del Estado, Dr. Raymundo Abarca Alarcón promoviera su cambio al Estado de Durango. En Durango también participó en movimientos, como el Movimiento del Cerro del Mercado, contra el gobernador Alejandro Páez Urquidi, razón por la que fue devuelto a su lugar de origen.
Lucio era tranquilo en el plano personal. No bebía, no fumaba. Asistía a fiestas con poca regularidad. Su expresión y comportamiento eran tranquilos y de carácter amigable.
Sumamente frío y reflexivo.

Durante su época (1960) de alumno líder de la Normal, los estudiantes de la
Universidad se declararon en huelga para pedir el reconocimiento de la autonomía universitaria, recorriendo la mayoría de las escuelas del estado.

En asamblea, los estudiantes de la Normal de Ayotzinapa acordaron apoyar dicha huelga. También recibieron la visita de Genaro Vázquez que en esos días organizaba la Asociación Cívica Guerrerense.

Durante su tiempo de maestro rural solía visitar poblaciones paupérrimas
como Mexcaltepec y Agua Fría, donde la interacción con sus alumnos le ganó las simpatías de la mayoría de los organismos de izquierda, especialmente del Partido Comunista. Cabañas exhortaba a sus alumnos a la instalación de un nuevo régimen,
en el que no tuvieran cabida los ricos y en el que se expropiaran las fábricas para cederlas a los trabajadores. Proponía, además, reformas financieras, judiciales, educativas y sociales enfocadas al bienestar de los trabajadores, campesinos y mujeres, y el cambio de la política de dependencia de México hacia Estados Unidos. Todo esto provocó que fuera expulsado del estado a una escuela de Durango, pero después
regresó, cuando los alumnos pidieron la destitución de la directora del local donde impartía cátedra, además de su propia reinstalación.

Enemigo acérrimo del PRI, Lucio Cabañas crea el Partido de los Pobres como
forma de organización estudiantil y campesina. Los estudiantes se autodenominan "los enfermos" (ya que si Lenin decía que el extremismo es una enfermedad infantil del
comunismo, nosotros, sí, somos los enfermos, pues no hay nadie más extremista que nosotros).

El 18 de mayo de 1967 se presentó una revuelta en Atoyac debido a un conflicto del personal docente de la Escuela "Juan Álvarez". Al haber logrado retirar días antes a una directora, el gobierno se negó a retirar también a los partidarios de la misma, lo cual ocasionaba división en la escuela. El citado día un grupo de padres de familia y personal de la Policía Judicial y la Motorizada impidió el paso a los profesores, un agente intentó quitarle a Lucio el micrófono que usaba para evitar que los profesores entraran.

Al comandante del Cuerpo Motorizado se le escapa un tiro y comienza la confusión. En el tiroteo hay una ráfaga que intenta abatir a Lucio pero afortunadamente sale ileso y escapa hacia la Sierra.

Durante años, Cabañas operó en la costa guerrerense y sus Brigadas Campesinas Justicieras atacaron a batallones del Ejército y unidades de la policía, robando bancos y secuestrando hacendados, ganaderos y comerciantes, pero siempre manifestándose contra el gobierno local.

El PDLP nunca logró una vinculación orgánica con los obreros, pero sí realizó acciones espectaculares, como el secuestro del entonces gobernador electo, el priísta Rubén Figueroa Figueroa, del 30 de mayo al 8 de septiembre de 1974, fecha en que fue liberado, tras la entrega de 50 millones de pesos.

Al paso de los años, la figura de Cabañas hizo más impacto muerto, que vivo, porque las condiciones que dieron origen a su alzamiento poco cambiaron en Guerrero. El PDLP sobrevivió hasta 1989 y después se fusionó con otros grupos clandestinos, que en
1995 derivaron en el EPR y luego en el ERPI y las FARP.

Cabañas y el Che

Curiosamente, la muerte de Cabañas guarda un extraño paralelismo con la ejecución del aún más legendario Ernesto Che Guevara, ocurrida el 9 de octubre de 1967 en el poblado de La Higuera, Bolivia.

Diezmado, hambriento y enfermo, el Che había sido cercado el 8 de octubre, en la Quebrada del Yuro, y capturado por las tropas de Gary Prado Salomón (actual embajador de Bolivia en México). Su cadáver, junto con los de seis de sus compañeros, fue arrojado el 11 de octubre a una fosa secreta, al lado de la pista de aviación de Valle Grande, y durante tres décadas fue buscado infructuosamente, despertando todo tipo de especulaciones, hasta que, en julio de 1997, un grupo de antropólogos cubanoargentinos lo halló y lo trasladó a Cuba. Desde el 12 de octubre de ese último año, Guevara descansa en Santa Clara, la ciudad donde obtuvo su mayor triunfo guerrillero, al pie de un enorme mausoleo que Fidel Castro erigió en su honor.

Lo mismo pasó con Cabañas.

Poco después de la liberación de Figueroa, Lucio y sus hombres se refugiaron en el municipio de Tecpan de Galeana. El entonces secretario de la Defensa Nacional, Hermenegildo Cuenca Díaz, quien con desprecio lo tachaba de simple abigeo, lanzó contra él más de cinco mil soldados, en una cacería pocas veces vista.

El propio Figueroa, que aún sin ser gobernador ya tenía el control político de Guerrero, presumía que Cabañas contaba con más de mil hombres (de hecho, reconoció después, que en esa campaña murieron más de 800 guerrilleros) y usó todas sus influencias para que el comandante de la XXVII Zona Militar, el general Eliseo Jiménez Ruiz, no escatimara recursos para atrapar a los rebeldes.

La traición.

Durante un enfrentamiento con los soldados en el cerro Achotla, el 11 de octubre de ese año, 1974, Lucio Cabañas logró escabullirse y camino a uno de sus escondites se
desbarrancó, causándose tres heridas en la pierna izquierda. El Ejército le perdió la pista
durante varias semanas, hasta que, mediante un delator, Pedro Macedo Jaramillo, logró acorralarlo, el 30 de noviembre, en Los Corales. Aunque ahí Lucio tuvo 17 bajas, nuevamente logró escapar con tres de sus milicianos. Sin embargo, Eliseo Jiménez Ruiz
tomó, en el pueblo, como rehenes a las hermanas Amalia, Jorgelina, Goyita y Paula
Ramos Ramírez, cuyas edades iban de 16 a 20 años, y amenazó con torturarlas, violarlas y matarlas si no se le informaba el paradero del guerrillero.

El truco dio resultados: al día siguiente, el comisario municipal de Guayabito, Gilberto Ramos Soto, se presentó en el cuartel militar y contactó al general con el narcotraficante Isabel Ramos Ruiz, alias Sandino, quien, a cambio de las jóvenes y de impunidad para él y su familia, reveló el lugar donde se encontraba el maestro.

El 2 de diciembre, tropas de las Fuerzas de Tarea, encabezadas por el general brigadier Jesús Gómez Ruiz rodearon a Cabañas en El Ototal y ahí le dieron muerte, dejando sólo vivo a Marcelo Serafín Juárez (Roberto).
Pero un día después fue asesinado por el suboficial Mario Terán. Lucio cayó el 2 de
diciembre de 1974 en El Ototal (Tecpan de Galeana), junto con dos de sus compañeros: Lino Rosas Pérez (René) y otro apodado Arturo.

El deceso de Lucio Cabañas ocurrió a las 9:10 de la mañana, a manos del capitán de Infantería, Pedro Bravo Torres, quien le disparó en el rostro, mientras el soldado Emiliano de la Cruz lo remataba tirándole a la espalda.
Poco después, el general Eliseo Jiménez se llevó los restos, en helicóptero, hasta el cuartel del XXVII Batallón de Infantería, en Atoyac de Alvarez.
La mañana del 3 de diciembre, el cuerpo del guerrillero fue dado en custodia al gobernador Israel Noguera Otero, quien de inmediato ordenó que se le sepultara en el panteón municipal de Atoyac, haciendo después la entrega simbólica a sus familiares.

Durante casi tres décadas, igual que al Che Guevara, a Cabañas se le supuso desaparecido o escondido en otro país, con la idea de que el cadáver enterrado en Atoyac era el de alguno de sus compañeros.

Conmemoración en Atoyac.

El 18 de mayo de 1967 fue trágico en la sierra de Guerrero, la policía judicial del estado quiso impedir un mitin de la Sociedad de Padres de Familia de la escuela primaria Juan Alvarez y trató de apresar a Lucio Cabañas, que laboraba como profesor en otra escuela pública cercana, la Modesto Alarcón. Poco antes de las diez de la mañana una comisión le pidió que fungiera como orador, pues el que tenían previsto no se presentaría.

Lucio aceptó, pero pidió que lo esperaran hasta las diez y media, para aprovechar el tiempo del ``recreo'' en su escuela. Aún podemos repetir el recorrido que siguió Lucio Cabañas desde la Modesto Alarcón hasta el jardín central de Atoyac, pues los trazos de las calles no han cambiado y el puente sobre el arroyo Cuitero sigue siendo el mismo.

No así el jardín central, que se ha modificado sustancialmente y que no permite
imaginar en un solo plano la concentración de manifestantes, la represión, el forcejeo y los disparos de los agentes judiciales entre la multitud, su empeño por abrirse paso y detener o eliminar a Lucio Cabañas.

Esta masacre marcó el inicio de la guerrilla de Lucio Cabañas. O mejor, esa masacre lo obligó a remontarse a la sierra y a defenderse de la persecución con que intentaban eliminarlo. No es exagerado decir, por tanto, que su guerrilla nació como una forma de autodefensa. Tampoco lo es afirmar que si bien se masacró queriendo evitar una
manifestación popular, lo que se consiguió fue producir una guerrilla que se estuvo combatiendo durante siete años y que, una vez muerto en 1974 Lucio Cabañas, muchos pensamos desaparecería durante el sexenio del gobernador Rubén Figueroa Figueroa.

Ahora podemos inferir sobradamente que esa guerrilla no desapareció del todo.
En junio de 1995 se trató de impedir otra manifestación en Atoyac de Alvarez. Los cuerpos policiacos del estado de Guerrero masacraron por ello a 17 campesinos en el vado de Aguas Blancas. Todos sabemos que se frenó esa manifestación, pero no las que en cascada se produjeron hasta la aparición, un año después, de la guerrilla del EPR. La simetría se antoja evidente. El modus operandi para frenar manifestaciones y producir guerrillas también parece el mismo. Además, a pesar de los 28 años que separan a
ambas tragedias, podríamos sentir que asistimos a una sola. Y posiblemente así es.

Por algunos comunicados primero del EPR y ahora del PDPR-EPR, y como bien lo
supo Inteligencia Militar, entre las organizaciones que integraron este levantamiento se encuentran el Procup, las Uniones del Pueblo y el Partido de los Pobres o PDLP, que en muchos sentidos y momentos se conectaron o concurrieron en el movimiento guerrillero de Lucio Cabañas. Por ello podemos sospechar que la masacre del vado de Aguas Blancas no produjo una nueva guerrilla, sino quizás solamente la reaparición de la misma lucha.

Pero, ¿cómo explicar la permanencia o, al menos, la recurrencia a lo largo
de casi 30 años de una misma lucha guerrillera? Creo que la única explicación que cabe es, paradójicamente, lo inexplicable. Lo volveré a decir. ¿Por qué después de las contundentes, severísimas medidas militares que se tomaron en los años 70 contra la guerrilla de Lucio Cabañas, no se tomó en la sierra de Guerrero otro tipo de medidas educativas, de salud, de comunicación, económicas, agrarias o comerciales? ¿Por qué preferir el emporio del narcotráfico al progreso social y económico de esa sierra
guerrerense? ¿Qué oscuros intereses se benefician con esa falta de decisión de transformar económica, educativa, socialmente a la sierra de Guerrero?

Estas circunstancias ``inexplicables'' podrían dar cuenta de la continuidad o, al menos, de la recurrencia de las luchas sociales de Guerrero. Es como un aviso para que las medidas de cambio no se decidan solamente en la sana teoría de los análisis macroeconómicos: tomemos en cuenta, como dato relevante de Seguridad Nacional, lo que ocurre a nivel del terco y empobrecido suelo de la realidad social mexicana.

También ese modus operandi y sus efectos deben ser vistos como una luz roja de lo que podría ocurrir en cualquier parte del país o incluso en el avance de manifestantes hacia
Los Pinos.

Aquel mitin que quiso frenar en vano la policía judicial del estado el 18 de mayo de 1967 fue recordado ahora, 30 años después, en el mismo Atoyac.
Varios centenares de personas se manifestaron por las mismas calles y la misma área del jardín central que recorrió ese día Lucio Cabañas, en las vísperas de su alzamiento en armas. Maribel Gutiérrez refirió, además, en La Jornada, que durante esa manifestación el presidente del PRD estatal, Octaviano Santiago Dionisio, afirmó que si Lucio
Cabañas viviera, estaría en el PRD. Entiendo la exaltación, a 30 años de distancia, con que el actual dirigente perredista pudo llegar a proponer tal posibilidad. Pero no nos engañemos. Hay razones suficientes para reconocer que si Lucio Cabañas viviera, no estaría en el PRD sino en el EPR.

Exhumación reivindicaría como héroe a Lucio Cabañas. Hace décadas, en Atoyac de
Alvarez, cualquier persona que hablara del maestro rural que se convirtió en líder
guerrillero, Lucio Cabañas, corría el riesgo de ser torturada o asesinada como sospechosa de ser simpatizante de la izquierda.

Durante la llamada "guerra sucia" de las décadas de 1970 y 1980, el nombre
de Cabañas se convirtió en un símbolo de rebelión y muchos de los que lo enarbolaron están desaparecidos, aunque no tuvieron ninguna relación con el rebelde.
Ahora, los restos de Cabañas, quien peleó contra la corrupción e injusticia en nombre de los pobres, podrían estar al lado de los restos de los héroes de la Revolución Mexicana como Emiliano Zapata y Pancho Villa. Los que podrían ser los restos de Cabañas -muerto por el ejército en un enfrentamiento el 2 de diciembre de 1974- fueron
exhumados en Atoyac tras años de gestiones de su familia.

La autónoma Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) está involucrada en
las pruebas de ADN a los restos para verificar su autenticidad.
La exhumación se realizó después que la CNDH presentó un informe sobre violaciones a los derechos humanos por fuerzas de seguridad del Estado en la década de 1970 y se cree que podría legitimar la leyenda de Cabañas como un luchador social.
Más de 400 personas desaparecieron de Atoyac desde fines de los años 60, muchos de ellos remotamente relacionados con Cabañas, de un total de 1,300 desapariciones
ocurridas en todo el país.

En el sofocante municipio de Atoyac, con 65 mil habitantes, ubicado entre las montañas de la Sierra Madre y la costa del Pacífico en Guerrero, la memoria de Cabañas aún vive.
"Lucio fue uno de los primeros que tenía la idea de que podía haber igualdad para los pobres", dijo Felipe Castro, un vendedor de filtros de agua. "Era sencillo y no era
prepotente. Era un gran maestro. No lo olvidaré", subrayó."Era un mártir, un testimonio de la maldad de los gobiernos pasados", opinó Máximo Gómez, un sacerdote de 69 años rechazado por la Iglesia Católica por sus supuestos vínculos con los rebeldes.

Epílogo de un Guerrillero.

(Fragmento de nota aparecida en El Sur).
Los parientes más cercanos de Lucio Cabañas, su hermano Pablo Cabañas y su
hija Micaela Cabañas Ayala, están listos para que se les practique el examen de ADN para comprobar si el cuerpo sepultado en Atoyac pertenece al del dirigente guerrillero, después de que la exhumación que estaba programada para el sábado 24 se canceló por la inasistencia de los médicos forenses argentinos.

Los familiares, que este sábado tardaron más de una hora en localizar la tumba, darán a conocer la nueva fecha de la exhumación, y esperan que el próximo 2 de diciembre, cuando se cumplen 27 años de la muerte de Lucio Cabañas Barrientos, ya se sepa el resultado y se termine la incertidumbre.

De acuerdo con la petición de los familiares, en la exhumación y análisis de los restos deberán participar especialistas de la CNDH, de la UNAM.

Guillermina Cabañas quien dijo que fue hostigada políticamente hasta 1981
por lo tuvo que abandonar su pueblo de San Juan de las Flores, dijo "queremos que conjuntamente con los argentinos se realicen las pruebas de ADN con los parientes más cercanos que son Pablo Cabañas y la hija de Lucio Cabañas, Micaela Cabañas Ayala quien radica en Xaltianguis".Apuntó que como familiares quieren que se le dé cristiana sepultura al cuerpo de Lucio Cabañas porque se lo merece, él se preocupo por la gente más desprotegida; "esperamos si se dan las condiciones para que el 2 de diciembre ya los antropólogos de Argentina tengan el resultados de las pruebas para realizar en el aniversario luctuoso con su novena y sus rezos como se acostumbra en la costa".

Después de 27 años, Pablo Cabañas Barrientos con los familiares más cercanos a su hermano Lucio se presentaron por primera vez a conocer el lugar en donde
presuntamente fue sepultado el 2 de diciembre de 1974 por la noche, como narró la señora Evelia Organista Sonora quien fue la que reveló la ubicación de la presunta tumba de color blanco sin cruz y nombres de sus moradores de un revocado rústico con sólo dos floreros vacíos de granito. Aseveró que ese día hombres vestidos de civiles sepultaron a una persona, de lo que ella se dio cuenta porque igual que ahora, vivía a un costado del panteón.
Recordó que esas personas le pidieron un candil, para hacer el entierro, y que en esa
gaveta se dice que yacen encima de los restos de Lucio Cabañas los de Raúl Gallardo, y que esa lápida fue cuidada por la señora Elizabeth Flores Reinada, madre de la
profesora Hilda Flores Solís, luchadora social, para que no fuera sacado el cuerpo de Lucio Cabañas.

Nota del Autor: En noticias posteriores, se confirmó que este cuerpo era efectivamente el de Lucio Cabañas, poniendo fin a toda duda acerca de su muerte. Aún se desea
ponerle una estatua, a pesar de la resistencia de algunos sectores del gobierno.

Conclusión.

"No hay poder sin represión Pero, más que eso, se podría afirmar que la represión es el alma misma del poder... Por eso, los mecanismos y la tecnología de la represión revelan la índole del poder."("Poder y Desaparición", Pilar Calveiro. Ediciones Colihue,

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