miércoles, 7 de julio de 2010

JESUS BLANCO ORNELAS ( PERIODISTA MEXICANO DIARIO ZETA TIJUANA )




El periodista mexicano Jesús
Blancornelas, una de las plumas más vivas y valientes sobre el
narcotráfico en México, falleció hoy en un hospital de Tijuana, informaron
hoy fuentes del semanario "Zeta".

Blancornelas, que murió por una larga enfermedad, estuvo amenazado
de muerte por narcotraficantes desde el 27 de noviembre de 1997,
cuando fue víctima de un atentado organizado por narcotraficantes en el
que murió su guardaespaldas, Luis Valero.

El fallecido ex director de "Zeta" fue atendido en el hospital Del Prado por
una "dolencia crónica que le afectó en los últimos meses" confirmó en
un comunicado la publicación que fundó y que dirigió hasta inicios de
este año.

Según el comunicado, el periodista fue hospitalizado el pasado día 19,
el mismo centro médico donde fue atendido tras el atentado que sufrió.
Blancornelas nació en 1936 en San Luís Potosí, norte de México, pero se
radicó en Baja California (noroeste) desde su juventud.

Durante su carrera recibió numerosos reconocimientos tanto en México
como en el extranjero, así como el Premio Nacional de Periodismo por
su valentía y su trayectoria periodística.

El comunicador se distinguió por sus combativas crónicas e
investigaciones periodísticas sobre el narcotráfico y según sus propias
palabras, todavía pensaba entrevistarse con Enedina Arellano Félix, a
quien suponía nueva "líder" del cártel, para preguntarle por qué trataban
de matarlo sus hermanos.

En septiembre de 2002 Blancornelas declaró a Efe "a mí no me van a
matar los narcotraficantes, yo voy a morir cuando quiera", y lo ha hecho
cuatro días antes del noveno aniversario del atentado que sufrió.

En febrero de este año nombró como directores del Semanario a los
periodistas César René Blanco Villalón (su hijo) y Adela Navarro.

Profundo conocedor del cártel de Tijuana y de las relaciones entre los
cárteles mexicanos, Blancornelas nunca dejó de escribir solo o con
otros periodistas sobre el tráfico de drogas en México.

Entre sus libros destacan "El cártel" (2002), "Horas Extra" (2003) y "En
estado de alerta" (2005), todos ellos de la editorial Plaza & Janés, del
grupo Random House-Mondadori.

Fundador del prestigioso semanario "Zeta" en 1980 en los últimos años
tuvo que suspender algunas presentaciones de sus libros para evitar
correr riesgos y se vio obligado por la misma razón a conceder ruedas
de prensa por videoconferencias
Murió en Tijuana el periodista Jesús Blancornelas

Tijuana, 23 Nov (Notimex).- El periodista potosino, J. Jesús
Blancornelas, falleció este jueves en el Hospital del Prado de esta
ciudad, donde recibía tratamiento por una dolencia crónica que lo
afectó durante los últimos meses.

Mediante un comunicado, la oficina del semanario Zeta,
publicación de la que fue fundador, informó que el periodista
falleció a las 3:30 horas y que los detalles sobre los servicios
funerarios serán proporcionados en el transcurso de este jueves.

Indicó que a J. Jesús Blancornelas le sobreviven su esposa,
Genoveva Villalón de Blanco, y sus hijos Jesús Blanco, Ramón Tomás y
César René Blanco Villalón.

Agregó que al frente del semanario Zeta de Baja California,
desde febrero de 2006, se encuentran en la dirección general los
periodistas César René Blanco Villalón y Adela Navarro Bello.

Los nuevos zetas obedecen a El Chapo y son autores de los recientes
asesinatos de AFIS en Cancún

ARTICULO PUBLICADO EN EL DIARIO CRONICA DE MEXICO TODOS
LOS DERECHOS LE CORRESPONDEN

Por: J. Jesús Blancornelas Martes 30 de Noviembre de 2004 | Hora de
publicación: 02:20




No tiene pinta de maldito. Tampoco anda descuidado ni fachoso. Tengo
una foto de él. Posó. Se la tomaron en una casa enladrillada sin
acabados. Bajo techo de madera. Así nada más. Seguramente en las
afueras de alguna ciudad o el campo. Se le ve bien rasuradito. Nada de
bigote. Carirredondo. Nariz pequeña. Mandíbulas recias. Boca chica.
Labios delgados. Ojos obscuros. Pelo azabache con un corte tradicional.
Lejos del desfiguro. Vistiendo como militar en acción: Camiseta
camuflada y chaleco antibalas. Radiomóvil colgando. Si no lo conociera
diría que es soldado. Y de aparecer trajeado parecería abogado.
Oficinista o ejecutivo. Se llama Manuel Alejandro Aponte y anda por los
treinta y pico. Supe que nació en Chilpanchingo, Guerrero, pero no la
fecha. Este joven es pistolero en jefe de Joaquín El Chapo Guzmán
Loera. Individualmente la figura más poderosa del narcotráfico
mexicano. Puritito sinaloense. Alejandro lo ha venido protegiendo desde
hace buen rato. Es muy discreto. No se las anda “dragoneando”. Va
mucho a la sierra de Sinaloa, Durango y Chihuahua. Puebleando recluta
a jóvenes. Ya formó su grupo. Los viste y arma como si fueran militares.
Pistolas Glock. Chalecos antibala. Las reglamentarias M-16, AR-15 y
naturalmente AK-47 cuerno de chivo. Aparte manejan bien
lanzagranadas y lanzacohetes. Son Los Nuevos Zetas. Casi
desconocidos. A veces son confundidos el grupo del capo tamaulipeco
Osiel Cárdenas Guillén.
Bravo es el apodo de Manuel Alejandro Aponte Gómez. Le conozco dos
historias notables. Una, este año. Aquel 11 de septiembre y a la luz del
día en Culiacán. Demostrando capacidad de emboscada y huida. Se
enfrentó a policías ministeriales y pistoleros. No le hicieron nada. La otra
en Cancún. Sin dejar huella. Otra vez emboscada pero terminando con
ejecución.
Recordando la de Culiacán. Puso trampa, disparó y mató a Johanna y su
esposo Rodolfo El Rodolfillo Carrillo Fuentes. Hermano del finado y
afamado Amado El Señor de los Cielos. En tal ocasión participaron
hombres de Alfredo Beltrán Leyva El Chomomo. Conozco tres versiones
sobre el motivo de la ejecución. La primera: A Rodolfo lo mataron porque
“le dio gane” a Guzmán Loera con gran carga de cocaína. Segunda
versión: Mataron a Carrillo Fuentes en razón amorosa. Resulta que el
licenciado Jesús Ríos Félix es muy cercano a El Chapo. Siendo joven
fue novio de Johanna Quevedo. Y esta damita se casó luego con
Rodolfo. Por eso mataron a la pareja. La tercera versión: El Chapo no se
midió: Conoce el poder y alianzas de los Carrillo Fuentes. Pudo sentarse
a platicar con Vicente. Hubieran arreglado las diferencias si eran
amorosas o de “gane”. Pero no. Se lanzó con todo. De cualquier forma
siento como que quiere ser líder en Sinaloa.
Hace casi tres meses ejecutaron a El Rodolfillo. Es extraño. No hay
rastro de revancha grande. Con todo que se rompió la regla de oro:
“Nada con los familiares” y en la balacera mataron a Johanna. Por lo
menos desde Tijuana siento más simpatías sinaloense por El Chapo
que dolor acompañando a los Carrillo. Guzmán Loera tiene a su favor el
pasado: Ramón Arellano Félix fue con sus mejores pistoleros a
Guadalajara para matarlo. Los burló y metió en el lío del Cardenal.
Luego huyó de Puente Grande. La PGR no ha podido capturarlo desde
hace cuatro años. Entre la batalla con competidores y esconderse
mantiene y afianza su grupo. De paso pelea a Osiel Cárdenas Guillén
las riendas del cártel golfero.
Aquí es donde entra la segunda historia de Manuel Alejandro Aponte.
Luego de ejecutar en septiembre a El Rodolfillo y señora se fueron de
Culiacán. A la sierra. Los persiguieron allá por Santiago de los
Caballeros cerquita de Badiraguato. Luego en Campo Morelia y Rancho
La Presita. Pero a Joaquín le gusta Puebla. No se mosquea porque allí
capturaron a Benjamín Arellano. El Chapo se da el lujo de dormir
tranquilo en hoteles. La pasa bien. Luego supe cómo se fue a Veracruz.
Estuvo varios días en el puerto. Ni cuenta se dieron AFI y policía estatal.
Por dos motivos no siguió al norte. Allá andan “desatados” los
peligrosos Zetas. Ni para qué buscarle. Por eso mejor agarró para el
sur. Unos días en Mérida. Tranquilo. Calorcito para recordar el de
Sinaloa. Mariscos. Hermosas hembras.
Ya estando allí Guzmán y Aponte tomaron vereda para Cancún. A medir
negocio, fuerza y debilidades al cartel del Golfo. Por andar en convoy se
les apareció la persecución. Me imagino que pensaron: “Son algunos de
‘Los Zetas’ con gente de AFI”. Fue cuando decidieron ponerles una
trampa. Los que iban por lana salieron trasquilados. Ni la esperaban.
Desarmados. “Enteipados” cara o tobillos. Llevados a despoblado.
Cerca del aeropuerto y la finca ocupada por “La Voz del Caribe”. Clásico
tiro de gracia y abandono. Tres de las víctimas eran policías. Pero dos
andaban en el negocio de la joyería. No tengo datos precisos por qué tal
compañía. No muy lejos aparecieron otros cuatro. Los quemaron a
todos en un Stratus. Nada más se supo de tanta ejecución y le echaron
la culpa a Los Zetas. Leí una nota: “Vinieron de Tamaulipas”.
Recordé la ya costumbre en Tijuana. Casi diariamente aparece un
ejecutado. Lo primero que dicen policías y periodistas: “Fueron los
Arellano”. Pero la verdad, a veces los hermanos y sus matones ni
siquiera “tienen vela en el entierro”. Se trata de pleitos entre
“narcopoquiteros” por “las tienditas”. Y en el caso de Cancún: Los Zetas
no acostumbran “enteipar” ejecutados. Tampoco quemarlos con todo y
auto. Eso sucede en Baja California. Siempre obra de pistoleros
arellanescos y sinaloenses.
“Proceso” en Internet relató: “De acuerdo con datos obtenidos en la
Procuraduría de Justicia, un reporte de Seguridad Pública Municipal —
que no se quiso difundir oficialmente— da cuenta de la detención
anoche, de un convoy de cuatro camionetas, entre éstas una Econoline
de 12 plazas y una Navigator negra. Se informó que los agentes
preventivos preguntaron a los ocupantes por sus identificaciones y éstos
sólo respondieron que eran agentes de inteligencia militar. Y los dejaron
ir”. Sin duda una más de El Chapo, Aponte y Los Nuevos Zetas.
Sugerencias y comentarios: blancornelas@zetatijuana.com

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